

Despedida invernal con calor de finales de primavera. El tiempo que se espera mañana en Extremadura nada tiene que ver con lo que dicta lo previsible para esta época del año. Y no solo por la ausencia absoluta de precipitaciones sino, sobre todo, por las altas temperaturas máximas que se alcanzarán en la comunidad autónoma. Se puede asegurar que a las horas centrales del día hará calor. De esta forma, el último sábado del invierno se registrarán máximas que superarán los 25 grados de forma general y que se aproximarán a los 29-30 grados en las zonas habitualmente más cálidas como las Vegas del Guadiana o las del Alagón.
La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) es que ya hoy en puntos como Mérida o Badajoz las máximas ronden los 26 grados pero mañana pueden subir tres o cuatro más. «Es una situación rara, por decirlo de forma común. No es nada normal», resume Marcelino Núñez, delegado territorial de la Aemet en Extremadura. El causante de este calor impropio está claro. «El anticlón domina ampliamente. No se mueve el aire y las horas de sol empiezan a ser ya importantes. Cuando esto sucede varios días, es fácil que las temperaturas se disparen», indica Núñez a HOY. Apunta, como dato muy indicativo de la anómala realidad meteorológica, a que lo habitual en esta semana del año, a finales del invierno es que, por ejemplo, en la ciudad de Badajoz la temperatura máxima sea de 20,5 grados de media. Como mañana sábado se rozarán los 29 o 30 grados, el desfase será de unos nueve o incluso diez grados.
El contraste respecto a estas máximas tan desmesuradas para la época del año lo ponen las mínimas. Están en su línea, son lógicas para mitad de un marzo. Esto es, hace frío al amanecer al situarse entre 3 y 8 ocho grados de forma habitual. Esto hace, añade Marcelino Núñez, que la amplitud térmica sea aún más notaria entre máximas y mínimas que cuando llega el verano. «Es algo realmente insual lo que estamos viviendo en estas jornadas aunque a partir del domingo se regularizan las temperaturas máximas», aclara. De esta forma, las máximas caerán entre cuatro o cinco grados en apenas 24 horas, una bajada que aún continuará a lo largo de la primera mitad de la semana. En lo que sigue sin haber buenas noticias es respecto a la posibilidad de lluvia a corto plazo. No hay rastro de ellas.
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