Sentimientos, proyectos y recuerdos para vivir junto a la Archicofradía del Santísimo la tarde del Jueves Santo
Varios jóvenes de la cofradía relatan a HOY Jerez cómo sienten y viven ese inicio de la jornada más intensa de la Semana Santa jerezana en el templo de San Bartolomé
Beatriz Villafaina / Junta de Gobierno/ María Bravo, Rocío Macarro y Ana Domínguez
Jueves, 9 de abril 2020, 10:54
LA DISTANCIA NO SEPARA AL CORAZÓN DE VIVENCIAS
A 600 kilómetros de distancia, recluida y confinada en Valencia, me he despertado y lo primero que me he preguntado ha sido, ¿Pero, de verdad hoy es Jueves Santo? Pregunta que me hace dudar, al mirar al cielo y no sentir nervios, preocupación al ver lluvia, o alegría al ver relucir el sol resplandeciente, junto al cielo teñido del color de nuestras túnicas celestes.
Aquella típica comida de hermandad en la que compartíamos los nervios previos a la procesión, hoy, se ha transformado en un vacío tremendo, que me ha permitido buscar recuerdos de momentos, lo que ha hecho transportarme imaginariamente a Jerez de los Caballeros, junto a mis Titulares, familia y hermanos de cofradía, reunidos en el templo de San Bartolomé. Es la imaginación la que de pronto hace que mi cocina empiece a oler a incienso, el silencio con el que la cuarentena arrasa nuestras calles, se torna en el bullicioso colocar de las fajas de los costaleros, en abrazos entre Hermanos del Santísimo (ahora prohibidos), sones de cornetas y tambores que me acompañan a empuñar mi campana de orden y a dar comienzo a la procesión.
Las puertas del templo se abren, y ya se percibe el «jaleillo» de la plaza, en la que abundan Jerezanos y visitantes, quienes sobrecogidos y atentos, viven en primera persona la salida de la Santa Cena por la estrepitosa rampa de San Bartolomé, la imponente bajada de Jesús Ante Pilatos, la solemne imagen del Cristo de la Piedad, a la que regalan un silencio conmovedor a su paso por las estrechas calles, y de la emocionante salida de la Virgen de la Paz, a la que con devoción, acompañan hasta su recogida en el templo cantando al unísono a las puertas de éste «Dios te salve». Y de repente, el ruido de un portazo hizo despertarme de este pequeño y bonito sueño.
Es inaudito, como la imaginación te puede transportar con cientos de kilómetros de por medio, porque en este caso, la distancia se traduce únicamente en un número que hoy me separa físicamente de estas vivencias, pero no sentimentalmente. Y es todo ello, lo que hoy me ha ayudado a valorar el significado de un Jueves Santo, de ser cofrade, y de ser hermana de la Archicofradía del Santísimo Sacramento. (Beatriz Villafaina)
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PROYECTOS
De cara a esta Semana Santa 2020, la Archicofradía del Santísimo Sacramento, en el afán de conservar su patrimonio, ha restaurado el Estandarte Sacramental que acompaña a la Santa Cena. Además, incorpora una nueva Vara ejecutada en plata a dicho Estandarte. El Sine Labe Concepta que acompaña a la Virgen de la Paz también ha sido restaurado. Asimismo, la Archicofradía amplía su patrimonio con el bordado de la bambalina lateral del paso de palio de la Virgen de la Paz y la confección de túnicas nuevas para su venta o alquiler. Junta de Gobierno. (Junta de gobierno)
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EL «VIVIR DEL NAZARENO»
Si le preguntamos a nazarenos, costaleros/as, capataces, etc., que es para ellos el Jueves Santo, todos coincidirían que es tradición, devoción, sentimientos y nerviosismo; ese nerviosismo que empieza a aflorar en los últimos retoques de las vestimentas, que en la mayoría de las ocasiones han sido heredadas de familiares, quienes les transmitieron el vivir de la Archicofradía.
Llega el momento ir a la Iglesia. Miramos al cielo buscando la claridad y deseando no ver nubes que pudieran estropear la estación de penitencia. Las emociones y los nervios aumentan si cesar, pues en cuestión de minutos la estación de penitencia empezará a procesionar. En la Iglesia, entre un ir y venir de gente, empieza el reparto de insignias y cirios a los nazarenos, su colocación en los correspondientes tramos, así como las últimas igualás de los costaleros/as. Entre toda la muchedumbre, empiezan a sonar los martillos de los pasos y la Cruz de Guía enfila la puerta principal del Templo. Dan las 19:30h. de la tarde, se abren las puertas y a paso lento, los Titulares se muestran a su Barrio con sus mejores galas y pintan las calles de Jerez de azul celeste. (María Bravo, Rocío Macarro y Ana Domínguez).
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