

Remedios Mulero Chamorro, natural de Fregenal de la Sierra, aunque vecina de La Bazana, ha celebrado este fin de semana su 100 años de vida junto a sus familiares más cercanos, en especial, su nieta, el marido de ésta y sus dos bisnietos con los que disfruta de una vida tranquila y rodeada de cariño en la pedanía jerezana desde el año 2008.
Dice su familia que sus cabellos blancos y sus arrugas, denotan tanto los momentos felices como los dolorosos que han marcado su vida, además de la sabiduría de los años. Mujer de fe, devota de su Virgen Nuestra Señora de los Remedios, «luchadora, trabajadora, humilde, cariñosa y agradecida, siempre cuidando a los demás y con grandes valores humanos, hija, hermana, esposa, madre de sus hijos y de sus nietos, abuela y bisabuela», la definen como una persona que siempre se ha entregado al cuidado de los suyos y que, aún hoy, con sus cien años de vida, mantiene su vocación de servicio y entrega a los demás.
Hija mayor de cuatro hermanos, Ceferino, Isidro y Francisco, nació en una familia humilde dedicada a cultivar la tierra. Tuvo una niñez y adolescencia agradable pese a tener que dedicar tiempo al cuidado de sus hermanos, a las labores de casa y, por la noche, a ir a la escuela, para aprender a leer y a escribir. Con 24 años se casó con Manuel Cienfuegos, tuvo cuatro hijos: Antonio, María, Valentín y Manuel y siguió viviendo vinculada al campo. El fallecimiento del menor de sus hijos cuando ella tenía sesenta y dos años, le cambió la vida y más tarde, la muerte su nuera que dejó viudo a otro de sus hijos, con dos niños de trece y diez años y una niña de cinco, la llevó a reunir fuerzas para acogerlos en su casa y continuar con su crianza.
Con 72 años falleció su marido, y con 84 volvió a golpearla duro la vida con la pérdida del mayor de sus nietos, muy querido por ella. En 2.008, se trasladó a vivir a La Bazana, junto a su nieta, el marido de ésta y dos bisnietos y es en esta pedanía donde ha pasado sus últimos doce años de vida, tranquila, siguiendo su máxima de «hacer el bien sin mirar a quien», dando y recibiendo cariño. Remedios es la única que vive de sus cuatro hermanos, y tiene como familia a tres hijos, seis nietos y cuatro bisnietos.
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