Madrugá de Amor y Esperanza
Este año los macarenos iban a dedicar su salida procesional a su querido hermano Florencio Carrasco Vázquez. Así será, pese a todo
juan miguel ontiveros martínez
Jueves, 9 de abril 2020, 18:46
Desde que suena el último golpe de llamador en los pasos en la iglesia de San Bartolomé en la mañana del Viernes Santo, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Amor y María Santísima de la Esperanza Macarena ya espera con anhelo que llegue la madrugá del año siguiente.
Prácticamente un año de ilusión, esfuerzo, trabajo y emociones, demasiadas emociones y no siempre del todo agradables, lo que ha transcurrido desde la salida procesional del 19 de abril del pasado año hasta el día de hoy.
Durante este periodo, nuestro cometido como Hermandad se ha centrado en dos vertientes, vivir la fe y la vida de Cristo desde el Amor y la Esperanza, y por otro lado conservar y mejorar el tesoro patrimonial del que disponemos.
Respecto a éste último aspecto, se ha completado el proyecto de la confección de una saya bordada en oro fino sobre tisú blanco, realizada en el taller de Bordados Juan Rosén, de Málaga, y se ha restaurado la Cruz de Guía, trabajo realizado por el jerezano Jesús Salvador Pastelero. Además la virgen estrenó una saya de tabla en el pasado triduo de diciembre, elaborada también por los talleres Juan Rosén.
Para poder afrontar estos proyectos, durante el mes de diciembre se procedió a la venta de dulces conventuales de las benditas y artesanas manos de las Hermanas del Convento de Santa Clara de la vecina localidad de Zafra. Hecho que ha tenido gran aceptación y por el que se quiere dar las gracias a todas las personas que han colaborado con la adquisición de algunos de los dulces.
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Sin embargo, la Hermandad ha sufrido un duro golpe difícil de asimilar. La pérdida repentina de nuestro querido hermano D. Florencio Carrasco Vázquez ha dejado un vacío imposible de tapar. Flore ha sido una persona ligada a la cofradía desde que era un niño, pasando por distintos cargos en las juntas de gobierno, y siendo Hermano Mayor durante doce años.
Por todo ello, este año nuestra salida procesional tenía un sentido especial. Iba a ser una noche larga y dura, en la que nuestras miradas iban a buscar a Flore entre el humo del incienso de los acólitos, entre las velas de las mujeres que acompañan a la Virgen, entre los nazarenos con capirote verde,… sabiendo que la única forma de verlo iba a ser mirando a la cara de la Virgen. Este año iba dedicada a él nuestra salida procesional, cada llamada de sus capataces, cada levantá de sus costaleros y cada paso que diesen el Cristo del Gran Amor y la Esperanza Macarena.
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Este año, el Viernes Santo a las 2 de la mañana, no se abrirán las puertas de San Bartolomé para que se salgan nuestros sagrados titulares a las calles de Jerez de los Caballeros, pero desde nuestra Hermandad pedimos que en cada una de nuestras casas se viva una noche de Amor y Esperanza, de fe y hermanamiento, que oremos a nuestros titulares por esas personas que ya no están con nosotros y para que este duro trago que estamos pasando mundialmente remita.
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