Procesión del Martes Santo de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario y Jesús Orando en el Huerto. FRANCISCO JESÚS PÉREZ.

Jerez revive en Silencio un Martes Santo de recogimiento

«Con la fe que en estos momentos se necesita más que nunca»

antonio de salezán lópez

Martes, 7 de abril 2020, 13:36

Esta especial y triste Semana Santa del año dos mil veinte, en el que la pandemia mundial del Coronavirus afecta tanto a nuestras vidas, el Periódico Hoy nos da la oportunidad de reflejar todos los sentimientos y aconteceres de las distintas Hermandades a través de estas páginas, colaborando en que el hueco que deja la imposibilidad de celebrar los distintos desfiles procesionales y otros actos religiosos se reduzca y sea menos penoso.

Este gesto refleja exactamente la relación, el vínculo, que durante tanto tiempo viene existiendo entre los medios de comunicación y las cofradías, cuestión que no sólo quería destacar en este artículo, sino darle la importancia que merece situándolo de cabecera del mismo. Porque es mucho lo que nuestras organizaciones religiosas debemos agradecer al trabajo continuo e incansable de estos profesionales en la promoción de la fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional, más importante de nuestra Ciudad desde hace siglos.

Jesus Orando en Huerto, Martes Santo. Francisco Jesús Pérez.

No es este el único año en el que un acontecimiento logra parar la actividad cofrade y la celebración de sus procesiones.

Acostumbrados a la suspensión de las mismas por cuestiones climatológicas, no debemos olvidar que guerras, terremotos y otros acontecimientos detuvieron la vida cofrade en Jerez.

Algunas, como la Antigua y Pontificia Cofradía de Nuestra Señora del Rosario y Jesús Orando en el Huerto, datan de principios del siglo XVI, de manera que han cumplido más de quinientos años de existencia. Nacieron como Cofradías Advocacionales, alguna Sacramental, pero no es hasta principios del siglo XIX cuando, además, adquieren la personalidad de Cofradías Penitenciales.

El último cuarto del siglo XV y todo el siglo XVI, ya lo denomina así Ramón Matías Martínez en su libro de Jerez de los Caballeros, es un periodo de engrandecimiento.

Gracias a la Orden de Santiago la población sufre un cambio radical, se erigen las torres, se fundan muchos conventos como el de Nuestra Señora de la Gracia, el de Madre de Dios, el de la Luz, el de la Santísima Trinidad, el de la Esperanza, el de Santa Margarita, la Ermita de San Gregorio, San Roque, el Santuario de Aguasantas y nuestra Ciudad adquiere el título de Muy Noble y Muy Leal. Casi todos los edificios públicos se erigen en esa época.

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Junto al de nuestra Cofradía, los inicios del siglo XVI también son el origen de otras como la de Santo Domingo de Guzmán y Nuestra Señora del Rosario, la Archicofradía del Santísimo Sacramento y la de Nuestro Padre Jesús Nazareno. En el siglo XVIII la del Señor Coronado de Espinas, Santísimo Cristo de la Flagelación y María Santísima de la Amargura, en el siglo XIX la del Señor Ecce Homo y en el siglo XX la de Nuestro Padre Jesús del Gran Amor y María Santísima de la Esperanza Macarena, y Penitentes del Santísimo Cristo de la Vera Cruz (sin olvidar que a finales del siglo XVII ya existía en Jerez una Hermandad de la Santa Vera Cruz).

Recordar nuestro pasado, comprobar que el paso del tiempo, a diferencia de otras asociaciones e iniciativas, no ha deteriorado nuestra existencia, al contrario, la ha ido fortaleciendo, es importante para nosotros, y más en estos duros momentos en los que no debemos olvidar que argumentar el motivo de la tradición es secundario y que prevalece la razón fundamental, la fe. Esa fe que ahora necesitamos más que nunca.

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Virgen del Silencio, Martes Santo. Mari Paz Romero.

Como consecuencia de los daños sufridos en la Iglesia de San Miguel a causa del terremoto de mil novecientos sesenta y nueve, nuestra Hermandad permaneció nueve años sin celebrar su desfile procesional. Bien es cierto que pudimos, como en el caso de la Cofradía del Señor Coronado de Espinas, trasladarnos a otra Parroquia, pero nuestro profundo arraigo con la Iglesia de San Miguel desde nuestros orígenes prevaleció y padecimos años de vacío procesional voluntario.

Estos últimos años, nuestra Cofradía ha sido capaz de evolucionar al ritmo cofrade de Jerez, contribuyendo al crecimiento general de nuestra Semana Santa.

Supimos entender que la situación de deterioro de la imagen de Nuestra Señora del Rosario nos obligaba a conservarla exclusivamente para el culto y era el momento de adquirir una nueva imagen. Una difícil y triste situación, teniendo en cuenta que la Virgen del Rosario era y es el alma de una hermandad que nació por Ella. En dos mil doce bendecíamos la imagen de la Virgen del Silencio, comenzábamos a procesionar con ella, y aportábamos otra bella talla al patrimonio imaginero de nuestra Ciudad.

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Por otra parte, hemos sabido soportar años de durísimo esfuerzo hasta conseguir inaugurar nuestra Casa de Hermandad el tres de Febrero del pasado año. Así, sumábamos una nueva al conjunto de Sedes Cofrades ya existentes.

No debemos perder la ilusión, la capacidad de esfuerzo para seguir evolucionando. Nuestra Semana Santa atraviesa una época extraordinaria, quizás la de más esplendor de su historia.

En las últimas décadas se han instituido las sedes de todas las Cofradías, a excepción de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que está en curso y muy pronto será una realidad. Estas Casas de Hermandad son una Semana Santa permanente para todo el que visita nuestra Ciudad, una puerta abierta para quien quiera conocer nuestra historia y nuestro presente, y un espacio que aviva la unión fraterna de todos los hermanos.

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Han nacido asociaciones musicales de verdadera calidad artística, valoradas a nivel nacional, como las de Santo Domingo de Guzmán y Nuestra Señora del Rosario y Nuestro Padre Jesús Nazareno. Y ya es una realidad la reorganización de la Banda del Señor Ecce Homo.

La actividad costalera se ha llegado a culminar con la creación de una asociación multitudinaria en participación y sólida en su estructura.

Los cronistas de cada Cofradía se constituyeron en un Consejo que coordina la elaboración de un Anuario de verdadera calidad.

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El órgano representativo de todas las Hermandades, la Junta de Cofradías, organiza el Certamen Anual de Bandas y la Carrera y Caminata Solidaria, la Celebración Eucarística de Hermandades, la Cena Cofrade, los premios Cruz de Guía y Caballero Cofrade, el viaje anual para conocer otras Semanas Santas.

La actividad solidaria de las Hermandades, siempre insuficiente, forma parte de la programación de todas las Cofradías.

Nunca debemos olvidar nuestra identidad como asociaciones religiosas, pertenecientes a una Iglesia que somos todos, dándole la importancia que merecen los cultos, aquellos que celebramos en torno a nuestras imágenes y aquellos en los que debemos intervenir conjuntamente, visitando los sagrarios, participando en la Vigilia Pascual…. No tendría sentido procesionar si eso queda en el olvido.

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Este movimiento cofrade tan concluyente, que no sobrevive sino que vive al paso del tiempo tan solo por una razón, porque se sostiene en la fe, goza de un futuro ilusionante, que continuará sin necesidad de amparos, este año no pasará página, vivirá desde los hogares la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, recordará cirios encendidos, candelerías, bambalinas de palio, incensarios al aire, pies desnudos en piedras milenarias, rodillas costaleras en el mármol, y esperará la luz de otro milagro de la primavera.

*Antonio de Salezán López es Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario y Jesús Orando en el Huerto.

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