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Trajadores en la obra del instituto Albarregas de Mérida recogiendo material al terminar la jornada, este lunes. BRÍGIDO

La industria extremeña vuelve con más fuerza que la construcción

Parte del grupo Cristian Lay siguió con su actividad durante esta 'hibernación' y Siderúrgica Balboa ha mantenido un buen pulso en estas dos últimas semanas

CELESTINO J. VINAGRE

Martes, 14 de abril 2020, 10:25

Dos caras de la misma moneda. Este lunes podían volver a la actividad las empresas de la construcción y de la industria en hibernación, según la terminología del Gobierno, desde hace dos semanas. La realidad fue bien distinta. Mientras el escaso pero relevante (por número de trabajadores) subsector industrial recuperó casi la normalidad, el de la construcción no. En este parón de la obra influyó que el lunes de Pascua esté fijado como festivo dentro de los convenios provinciales de Badajoz y Cáceres, aunque algunas empresas pactaron con sus empleados trabajar en lugar de los días anteriores no activos. Pero, además, hay otra evidencia: en la construcción se habla ahora más de ERTE que de volver al trabajo de forma inmediata como si no ocurriera nada.

«Estamos recibiendo y pactando expedientes de regulación temporal. Es lo habitual ahora y me temo que en la construcción no se volverá a la normalidad, si es así, hasta el verano», dice Mateo Guerra, secretario general de la Federación de Construcción y Servicios de CCOO Extremadura.

Las empresas del sector de la construcción están presentado ERTE no por fuerza mayor a causa del coronavirus sino por causas productivas o económicas. La explicación es sencilla. «No hay obra pública a la vista y la privada está muy frenada. Además, en el caso de obra pública no hay técnicos de la Administración que certifiquen la terminación de las mismas y sin técnicos que certifiquen no se puede cobrar así que todos parados», remata Guerra.

Cementos Balboa

Una de las empresas con más peso que se acaba de acoger a un ERTE es Cementos Balboa, la cementera de Alconera, cerca de Zafra. Era de Alfonso Gallardo hasta que la vendió a KKR. Con 87 empleados, llevaba dos años de clara recuperación de pedidos tras la crisis anterior. Desde ayer y hasta el 31 de julio activa un expediente de regulación que supone la reducción de jornada del personal durante un máximo de 60 días por trabajador.

«Se van a hacer turnos de trabajo para repartir el ERTE. Es la mejor fórmula. Es una pena porque tras estar muchos años con ERTE se había recuperado mucho la actividad y ahora hay que volver a otro», especifica el representante de CCOO.

Junto a Cementos Balboa, el listado de empresas de la construcción que se apuntan a expedientes temporales es amplio:la cauriense Senpa (con cerca de 100 trabajadores, renacida tras superar un concurso de acreedores); la cacereña Progemisa (50 empleados; la pacense Gévora Construcciones (seis meses de ERTE, que afecta a 28 de los 47 empleados); Joca...

Industria, normal

Mientras, la industria ofrece otra cara. Tres de las grandes empresas, Barbosa&Almeida, buena parte del grupo Cristian Lay e Imedexsa siguieron con su actividad durante esta 'hibernación'.

De igual modo, Siderúrgica Balboa, del grupo Gallardo Balboa, ha mantenido un buen pulso en estas dos últimas semanas. Solo estuvo prácticamente sin actividad un par de días tras el decreto del Gobierno.

La acería, con unos 500 empleados, ha mantenido un ritmo de trabajo (incluso en Jueves y Viernes Santo), con una parte apreciable de su plantilla activa gracias a la excepción hecha por Industria para que las electrointensivas no pararan. «Han terminado pedidos comprometidos y los han colocado sobre todo en el mercado exterior durante esta fase», indicaron a HOY fuentes sindicales.

KKR, dueño del grupo con sede en Jerez, indica que se ha retomado la actividad «con las máximas garantías sanitarias y de seguridad en todas nuestras cadenas de producción». Agrega que la situación «es complicada, nos ha afectado el parón de la construcción, nuestro principal cliente, aunque hemos podido mantener la cartera de exportación».

Tampoco han parado otras dos empresas del grupo, Alfonso Gallardo SA (unos 60 trabajadores) y Ferromallas (unos 50). En todo caso, sobre ambas sociedades se vislumbra un ERTE a corto plazo.

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