El Santísimo Cristo de la Vera Cruz, titular de la Hermandad de Penitentes del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, continúa en el taller del conservador y restaurador David Triguero Berjano, en Sevilla, donde está siendo restaurado, desde el pasado mes de julio.
Actualmente, se encuentra en la última fase de su restauración que corresponde con la reintegración cromática, «siendo esta fase muy lenta, pues, es un trabajo laborioso y minucioso», indica Triguero, «además, es el momento de extraer las conclusiones de la investigación, por tanto, ya queda menos para poder disfrutar de la obra restaurada».
Triguero señala que, según el proyecto inicial propuesto, los trabajos de conservación-restauración han sido más lentos de lo que se esperaba, pero muy satisfactorios, «tenemos que saber que el trabajo de conservación-restauración de una obra de arte es un proceso lento que debe realizarse con una metodología científica de investigación». Además, la escultura del Cristo de la Vera Cruz, señala, «es una de las imágenes mas antiguas de las que procesiona en la Semana Santa jerezana, por tanto, se trata de una talla con una historia material muy extensa. Son más de 500 años los que hay que descifrar y entender antes de intervenir. Así, la investigación se intercala con el proceso de intervención, haciendo analítica, consultando documentación y obras similares, etc.».
Triguero manifiesta que, el transcurrir del tiempo, ha repercutido en la imagen añadiendo aspectos estéticos y matéricos que han ocultado valores y la realidad de la imagen, «durante el proceso e intervención, hemos podido observar como algunos aspectos estéticos anatómicos estaban ocultos por estucos, recuperando el volumen original de algunas zonas bellamente talladas como en el sudario. A pesar de toda su historia material, no es una imagen que haya sido modificada a nivel de volumen, pues, por ejemplo, mantiene aspectos iconográficos como la corona, que otros cristos de la misma época y escuela no lo conservan debido a que fueron mutilados en épocas posteriores».
El principal objetivo de este restaurador y conservador es, sin duda, tener el máximo respeto a la obra original. No obstante, manifiesta, «también, busco extraer la máxima información del bien para, así, ponerlo en valor, conocer su importancia histórica y artística. Esto es determinante para lograr que la obra perdure, pues solo conservamos lo que conocemos y valoramos».
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Por su parte, Gervasio Rodríguez, Hermano Mayor de la citada Hermandad, señala que, aunque está siendo un proceso lento, mantienen la ilusión por lo que esta restauración implica, «aunque no estamos siguiendo el proceso presencialmente, desde el pasado mes de agosto, por las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia, mantenemos el contacto con Triguero que, a través de videoconferencias y fotografías, nos muestra los avances. Esperemos que la evolución de esta pandemia nos permita viajar a Sevilla antes que finalice el proceso. No obstante, seguimos ilusionados con esta restauración y el compromiso que supone para la conservación óptima de la talla».
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