Borrar
Judro Guerrero. CEDIDA

El cineasta jerezano Judro Guerrero apuesta por sus raíces y lo sensorial en su primera obra 'Hija de los hombres'

MARI PAZ ROMERO

Miércoles, 2 de septiembre 2020, 19:37

El artista visual y cineasta jerezano Juan Pedro Guerrero Galván, artísticamente Judro Guerrero, no sale de casa sin su pequeña libreta. En ella, no importa el momento, da rienda suelta a su creatividad y anota todo lo que le inspira. Garabatos que aspiran a convertirse en su espacio personal de reflexión y creación artística.

Su espíritu soñador, inquieto e intimista le provoca vivir en una constante metamorfosis. A través de su peculiar mirada, bucea en la pluralidad de enfoques que el mundo le otorga y conjuga el trascendentalismo con lo poético. Un hecho que le permite reflejar en sus cortometrajes y obras audiovisuales un mundo interior cargado de simbolismo, experiencia y realidad.

Actualmente, Judro Guerrero desarrolla su actividad entre Badajoz y Barcelona. Fue, en esta última, donde se formó como cineasta en la Escola de Cinema Barcelona y Universidad Pompeu Fabra.

HOY Jerez de los Caballeros habla con este joven para descubrir qué papel juega el cine en su vida y conocer, más en profundidad, 'Hija de los hombres'. Una obra con la que el público se sumergirá en una experiencia sensorial y no narrativa, rodada en Jerez de los Caballeros, sobre la vida en el campo extremeño.

-¿Qué le motivó a empezar en el mundo del cine?

Si te digo la verdad, no sabría explicarlo de manera concreta. Ha sido siempre un cúmulo de cosas las que me han llevado a hacer del cine el lugar con el que interacciono con la vida. Desde pequeño, siempre me llegaron muy fuerte las imágenes y veía en los demás lo que el cine hacía con sus emociones.

-¿Qué le ha enseñado el cine desde que se dedica a ello?

En palabras de Joan Brossa: «el cinema t'ensenya a mirar». La hago mía enteramente, no solo a mirar sino a amar, a acercarnos a otras realidades. No hablo del cine en general sino del que tiene una voluntad de ser más experiencial que de responder a una industria. En ese sentido, el cine plantea siempre una nueva forma de acercarse a la vida, una manera diferente de entender el mundo, nuestro presente y sus vicisitudes.

-En su opinión, ¿qué es lo más importante para ser cineasta? ¿Cree que usted ya lo ha conseguido?

No puedo hablarte de esto con la voz de la experiencia, porque apenas llevo unos años. Solo puedo hablar con cierta autoridad moral desde la posición que me ha tocado permear la realidad. Ser cineasta, como cualquier otro oficio, es una cuestión de actitud. No es en esencia un rol en una industria, sino una actitud con la que enfrentas el día a día, un modo de relacionarte con tu sociedad. Y por consiguiente es entonces una lucha constante por ser. Alguien no es cineasta en un momento y deja de serlo, otra cosa es que en un momento deja de ser un cineasta desconocido a tener cierta presencia. Y con esto quiero decir que más que conseguirlo o no, siempre lo he sido.

-¿Cuál es su fuente de inspiración?

Diferencio mucho entre fuente de inspiración y fuente de formación. El arte contemporáneo, el propio cine, la poesía, la filosofía y la literatura son mis grandes fuentes de formación. Me ayudan a encontrar las herramientas emocionales para mi trabajo. En el otro sentido, mis fuentes de inspiración son las personas que me rodean, sus vidas, sus emociones. También, la gente y las historias que me encuentro en mis viajes, es una exploración excelentemente humana la de fluir con las personas que el destino te pone en el camino.

- ¿Y sus referentes?

Han ido cambiando con el paso de los años. Me interesan, por poner algunos ejemplos, las obras de Lav Díaz, Belá Tarr, Nuri Bilge Ceylan o Apichatpong Weerasethakul. Sus películas tienen una densidad temporal propia, y eso es siempre algo auténtico, genuino e instructor para los que empezamos.

Judro Guerrero. CEDIDA

-¿Cómo nace 'Hija de los hombres'? ¿Cuál fue su inquietud?

La inicié en el Máster de Documental de Creación de la Universidad Pomepu Fabra de Barcelona. Desde el inicio, quise trabajar sobre lo que no es imagen, un proceso creativo que rompiese con la hegemonía de la imagen. Buscaba crear desde lo sonoro, desde otro lugar no tan convencional. Poner el sonido como eje vertebrador del proceso de creación. En ese sentido, me inspiré en el universo sensorial de los ciegos, en el tacto y el sonido para trabajar la imagen interna. La delicadeza con la que interactúan con el mudo me pareció algo majestuoso, una fuente de inspiración absoluta e inagotable. Pero fue, sin duda, la poesía farsi, los poemas de Forough Farrojzad los que me llevaron hasta el paisaje de mi infancia. Encontré el fondo y la forma en la sinergia entre lo sensorial y lo poético de ese paisaje, en la manera en que ahora volvía a mí. Y, desde ahí, me puse a explorar con mi abuelo que es quién resiste en este paisaje.

-¿Qué importancia juega lo sensorial en esta obra?

Es el aura que acompaña todo el proceso. Desde el inicio, me planteé dar una experiencia más sensorial al tempo de la dehesa extremeña, algo que abandone, un poco, la hegemonía de la imagen, también, en el proceso creativo. Siempre, he sentido el paisaje extremeño como algo más intemporal, ancestral y poético. Para esta pieza, el sonido aborda esa parte de estimulación sensorial que en una narrativa más convencional, pertenecería a la imagen.

-¿En qué fase del proceso se encuentra este proyecto?

Llevo unos dos años trabajando en el proyecto. Como es un proyecto experimental, es difícil encontrar productoras que quieran apoyar el proyecto, pero confiamos en que en una fase u otra llegarán. No obstante, seguimos trabajando y entregándonos al devenir del propio proyecto. Después de unos meses de trabajo con la experimentación sonora a raíz de una Residencia Artística en la fundación Phonos, podemos decir que estamos en fase de rodaje.

-¿Qué supone trabajar con su abuelo?

Un reto y la vez un regalo. Es muy complicado rodar con una persona de 88 años. Después de dos años trabajando en el marco conceptual del proyecto, tenemos una dinámica de trabajo, así que, ahora, es más fácil. Pero, por encima de todo, es una oportunidad bella de reconectar con mi familia y mis raíces desde el cine. Ratifica en mí, en cierto modo, el poder del cine para acercarse a la vida.

Fotograma 'Hija de los hombres'. CEDIDA

-¿Y que la localización sea Jerez de los Caballeros?

Cómo decía antes, un reconectar con mis raíces y el espacio de mi infancia. Al principio, cuando era solo una idea abstracta, no tenía muy claro cuál sería el escenario. Poco a poco, el proyecto fue tomando su forma y eso me llevó hasta Jerez. Trabajar desde la voz personal e interna es difícil porque supone un proceso de transformación para el resultado de la obra y, en este sentido, establezco una nueva distancia personal con Jerez.

-¿Qué supone este proyecto para su carrera?

Es mi primer proyecto autoral después de una larga etapa de formación. Es un proyecto experimental con el que siempre tuve la voluntad de explorar sin corsés. Así que supone un ejercicio de libertad creativa que esquiva las etiquetas, incluyendo las que yo mismo le pueda poner. Si en algún momento puedo sentirme libre de explorar la película es ahora que no tengo que responder a nadie.

-¿A qué público va dirigida?

Es muy precipitado porque todavía no está acabada. En general a todo el mundo, pero me atrevería a decir que a un público poético. Con esto no quiero elevar pretenciosamente la película a la altura de la poesía, pero sí al público que se acerca a ella. Es una película sencilla, pero con narrativa experimental, así que una mirada sensible encontrará un espacio más amplio. Me gustaría que el espectador se colocase bajo una voluntad de mirar, que se predispusiese a acercar su ojo a nuevas luces.

-¿Qué encontrará este público en dicha obra?

Sobre todo, encontrará una experiencia diferente sobre la dehesa extremeña y la vida de quienes han dedicado sus manos al diálogo con la tierra. Un acercamiento sensorial desde el sonido. La película mostrará un tempo diferente al que los documentales tradicionales de naturaleza nos han acostumbrado. No encontrará una narración tradicional sino un expresión poética y personal sobre la belleza de vivir en la dehesa.

-¿Qué hay de Judro Guerrero en esta obra?

Mi acercamiento personal al espacio de mi infancia y mi punto de vista sobre mis raíces. En definitiva, mi visión sobre el campo extremeño, que es mi raíz, puesto que soy nieto de quienes han trabajado durante tantos años estas tierras.

-¿Qué ha cambiado del Juan Pedro que soñaba con ser cineasta al Judro que ve, cada día, cumplir su sueño?

Pues las personas que me rodean, la ciudad y, sobre todo, la forma de acercarme al cine y entender el cine. También, ha cambiado la posición que ocupa el cine en mi vida. Antes, quizás, era más mi evasión y ahora es más mi atalaya.

-¿Qué otras obras ha realizado o participado?

Sobre todo, he realizado colaboraciones. Por ejemplo, el año pasado colaboré como director de fotografía en una película hermosa 'La calle del agua'. Es una película feminista con un diálogo de mujer a mujer en diferentes épocas a través de las imágenes, y de una directora novel asturiana. El proyecto recibió el premio PUSH PLAY del pasado Festival de Cine de GiJón y espero que vea la luz pronto.

-¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta un joven que quiere dedicarse al cine?

Creo que el reto más grande, como el de cualquier autor novel, es el de encontrar tu propia voz. Encontrar un lugar en el que exhibir tus películas y que no sean en la red es, a mi modo de ver, el gran reto. Encontrar tu hueco, tu circuito propio de festivales, etc. No obstante, esto sería un reto añadido porque ya hay uno mayúsculo y es el de subsistir, día a día, en un sector tan precario.

-¿Cómo se ve en un futuro o cómo le gustaría que fuese ese futuro?

Como el de cualquier cineasta, viviendo y haciendo cine. Suena ambicioso en el mundo en el que vivimos porque el cine no tiene el peso que debería en nuestra sociedad por culpa de la industria del entretenimiento. En el futuro más inmediato, me veo levantando proyectos con Trieb fims, que es un proyecto de productora que tengo junto a dos cineastas catalanes, Isaac Fulgarolas e Isaac Carbonell. De momento, tenemos un proyecto de cortometraje en Francia para el 2021, 'Le jardín'. Esperamos que se den las condiciones para poder rodarlo porque llevamos trabajando un año.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy El cineasta jerezano Judro Guerrero apuesta por sus raíces y lo sensorial en su primera obra 'Hija de los hombres'

El cineasta jerezano Judro Guerrero apuesta por sus raíces y lo sensorial en su primera obra 'Hija de los hombres'