El arzobispo bendice el nuevo columbario de la iglesia de Santa María de la Encarnación

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Antonio María Rejano, párroco del municipio, indica que «la idea surgió con la posibilidad de darle un uso de culto a un lugar que estaba de trastero. Pensamos que la mejor forma era ocupar o utilizar el mismo espacio que existía para hacer el columbario. Así, no se ha hecho nada de obra. Todo ha sido el montaje en los espacios que hay preparados para ello y ha dado pie a un espacio de 300 loculis. Hay loculis individuales, dobles, o familiares para 4 urnas».

Rejano señala que esta forma de enterramiento «es volver a los orígenes, pues, los muertos se enterraban en los templos, en los lugares aledaños a los templos. Pensar, hoy, en esas formas de enterramiento es pensar que vuelven a enterrarse en los lugares sagrados aquella gente que cree, aquella gente que tiene en torno a ellos esas dimensiones de entender la fe y la muerte».

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