Ya están a la venta los dulces que elaboran la Junta de Damas de la Cofradía de Santo Domingo de Guzmán y vecinas de Santa Catalina

Durante unas tres semanas se reúnen cada tarde en la Casa de hermandad de la cofradía, junto al mencionado templo, y dedican las horas de más calor a elaborar: empanadillas rellenas de bizcocho, pestiños y flores bañados en miel, roscas fritas, todo para cumplir con lo que es ya una tradición, poder sufragar la ornamentación floral de los pasos cuando llega la Semana Santa y, en general, ayudar a la realización de acciones y proyectos en el seno de su hermandad.

Su labor es muy sacrificada, las mujeres que participan en este quehacer sustituyen el descanso al que obligan las temperaturas estivales, especialmente en semanas como ésta en las que de nuevo llega una ola de calor, por los fogones, los peroles y la elaboración de las distintas masas de ricos dulces en los que emplean en torno a una decena de sacas de harina, varios cientos de docenas de huevos, y muchos kilos también de azúcar y miel, como principales ingredientes. Manuela Bermúdez viene liderando esta tarea que cada mes de julio anuncia la celebración de la velá de Santa Catalina, también organizada por la Cofradía de Santo Domingo de Guzmán y Nuestra Señora del Rosario con los mismos fines.

El delicioso sabor de estos dulces típicos es un atractivo más en el verano jerezano, unido a la celebración de fiestas populares y tradiciones. No necesita mucha publicidad, pues el aroma que envuelve el barrio de Santa Catalina en estos días y el hecho de que sea una labor que dura ya varias décadas, es reclamo suficiente.